Calle Harrington: memoria versus olvido

El pasado 15 de enero se han cumplido 42 años de la masacre. Revisando cuatro periódicos de circulación nacional hallamos que dos de ellos (Los Tiempos y El Deber) omitieron completamente el tema en sus ediciones del anterior fin de semana. Página Siete incluyó un fragmento literario, Ocho nombres por miles, de su colaborador Carlos F. Toranzos. En tanto que en La Razón su directora, Claudia Benavente, le dedicó su nota de opinión 42 veces 15 de enero.

Cuatro años después de los hechos, con base en investigaciones minuciosas, declaraciones de la única sobreviviente, Gloria Ardaya, y deposiciones de algunos de los verdugos, los dirigentes del MIR Walter Delgadillo, Pedro Mariobo, José Pinelo y Juan del Granado, suscribieron un informe, con el título de Así masacraron a nuestros dirigentes, el 15 de enero de 1981. Partes salientes de dicho documento:

A las 17.30 se inicia el operativo

Los grupos del SES, Sección II, DOP y DIN llegan a la casa; el jeep del DOP desde la “Abdón Saavedra”, detrás está el jeep donde se encuentran Alarcón y Uriarte (los espías infiltrados en el MIR que trabajan para la represión) y detrás de este último una cuarta movilidad.

Los paramilitares bajan de los vehículos disparando. Los compañeros se encontraban reunidos en una habitación con ventanas a la calle… Pepe Reyes grita desde la ventana: “No disparen, estamos desarmados”. Los asesinos disparan, saltan la verja, rompen ventanas, rompen la puerta y penetran a la casa…

17.35. Pepe Reyes les sale al paso y reitera “estamos desarmados”, tiene las manos detrás de la espalda. Se escucha una ráfaga…Pepe cae asesinado. Todos los indicios así lo demuestran, nuestros datos lo confirman: Rosario Poggi y Helguero son los asesinos.

Gloria Ardaya se oculta debajo de la cama del cuarto donde se realizaba la reunión…

17.35 a 18.00. En esos minutos los asesinos arman la leyenda que pretende sostener que todos nuestros compañeros mueren en la casa. Eso es falso.

Se escuchó una ráfaga que hizo estremecer el piso del departamento. Pudo estar dirigida a los cuerpos de nuestros compañeros, mientras se encontraban parados en el pasillo, Sin embargo, los orificios que las balas dejaron en la pared están situados por encima de la cabeza del más alto de ellos.

Alarcón y Uriarte fueron los encargados de identificarlos uno por uno. Se escucharon ráfagas y disparos separados… Artemio fue asesinado en ese momento; su cuerpo fue arrastrado hasta el cuarto donde estaba oculta la compañera Gloria; ella vio desde su escondite su agonía y muerte.

En momentos de la tortura y asesinato de Ricardo, se encontraban presentes en la celda No.4 del sótano del Ministerio del Interior, Alarcón y Uriarte, además de Galo Trujillo y Lince Hinojosa, quien disparó contra él.

Lucho, cuando fue encontrado muerto por los familiares, tenía indicios de habérsele aplicado choques eléctricos en las encías, además de un sinfín de horrores practicados en su cuerpo…

Gloria desde su escondite vio a Arcil, tendido en el suelo. Pudo haber salido herido de la casa…

Gonzalo fue capturado por los paramilitares en la terraza. Se escucharon gritos, disparos, golpes y luego silencio…

Con Ramiro sucedió lo propio; pudieron haberlo matado en la casa o en otro lugar.

Jorge tenía un tiro en la frente, pero su cuerpo estaba destrozado por las torturas.

El enemigo montó un show. Disparó por varios minutos, ráfagas de ametralladora al aire; metió armas, dinamita y panfletos. Quiso que el pueblo boliviano creyera la historia del “enfrentamiento”…

Gloria fue encontrada después de que a los grupos operativos se le reunieron otros que no conocían el tenebroso plan de eliminación de los compañeros. Eso le salvó la vida…

Los caídos fueron:

Jorge Baldivieso, exdirigente universitario, diputado electo.

Gonzalo Barrón, ex dirigente universitario, arquitecto.

Artemio Camargo, dirigente minero de Siglo XX.

Ricardo Navarro, exdirigente universitario, ingeniero.

Arcil Menacho, exoficial de las Fuerzas Armadas.

José Reyes, exoficial de carabineros, abogado, diputado electo.

José Luis Suárez, sociólogo.

Ramiro Velasco, economista.

El asunto da para mucho más. Hay que volver, pues.

Carlos Soria Galvarro es periodista

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