Instantáneas sobre la Revolución Nacional

Humboldt se quedó con Banzer al mando de la fracción más oportunista y corrupta del MNR.

Al evocar el 9 de abril de 1952, los recuerdos de la infancia que se agolpan en la mente tienen que ver sobre todo con mi padre y su desbordante entusiasmo por los cambios que ocurrían. El alborozo con el que saludó en la estación ferroviaria de Quillacollo a los miles y miles de campesinos que se dirigían a Ucureña para asistir, el 2 de agosto de 1953, a la firma del decreto de la Reforma Agraria. También recuerdo sus dudas, vacilaciones y desconfianzas con respecto a los líderes del momento y sobre los efectos que sobre él recayeron.

No obstante quedar desempleado, sobrellevar una grave enfermedad como secuela de la Guerra del Chaco y tener siete hijos a cuestas, se resistió a ingresar al partido de gobierno (MNR) en busca de alguna “pega”. Como excombatiente y no como movimientista, hizo apenas un intento de pedir ayuda a Juan Lechín, a quien había conocido en el Chaco en el Regimiento Abaroa. Eran los días del agitado II Congreso de la COB en La Paz (1956), y el líder sindical no se tomó siquiera la molestia de recibirlo. Mi padre falleció en abril de 1957, no tuvo tiempo para decepcionarse completamente de los conductores de la Revolución Nacional.

Hay otra anécdota relacionada con el tema que me parece digna de compartir. Corrían los años 1974-75-76, eludiendo la sañuda persecución de la dictadura me refugié en el centro minero de Siglo XX con la ilusión de “ingresar a la producción”, que era como se decía entonces a la acción de los revolucionarios de convertirse en obreros. Fracasado el intento, fui invitado por el dirigente Octavio Carvajal a trabajar en la radio 21 de Diciembre de Catavi. Allí conocí a Pastor Loredo Serrano, una persona verdaderamente excepcional. Munido de su charango y vestido a la usanza indígena había recorrido casi todos los escenarios del país y algunos de Argentina y Brasil encarnando al personaje humorístico quechua Malaquito Huayrajait’a (se lo puede encontrar en YouTube). Ya entrado en años trabajaba de sereno en la Empresa Minera Catavi y voluntariamente hacía programas radiales en quechua. Desde el comienzo fuimos buenos amigos, y con la ayuda de Irma Severich, eximia radialista y profesora de literatura, nos lanzamos al gran proyecto de llevar al radioteatro la novela El precio del Estaño, de Néstor Taboada Terán.

Un buen día, aprovechando un respiro, Pastor Loredo me dio a leer una carta con el membrete visible del MNR. Se lo designaba jefe de ese partido para toda el área minero-campesina del norte de Potosí y se lo convocaba a presentarse en La Paz para recibir las instrucciones y el apoyo correspondiente. La misiva venía firmada por Ciro Humboldt Barrero, supuesto jefe nacional del MNR. Rota su alianza con Paz Estenssoro, Banzer lo había mandado otra vez al exilio. Se desmoronó la coalición que dio lugar al golpe de Estado del 21 de agosto de 1971. Humboldt se quedó con Banzer al mando de la fracción más oportunista y corrupta del MNR.

A tiempo de pedir mi opinión sobre el contenido de la carta, Don Pastor, como yo le llamaba, confesó que el único partido en el que había militado siempre era el MNR. No pude menos que declararle mi sincera admiración por los viejos luchadores movimientistas que habían hecho posible el 9 de abril, así como mi repudio a las cúpulas y al propio Paz Estenssoro aliados con el fascismo banzerista, y —por supuesto— mi rechazo a individuos despreciables como Humboldt. Me escuchó con mucha atención y sentí que valoraba mis palabras. Volvió a releer la carta, la rompió en pedazos y la tiró al basurero. Asunto concluido, volvamos a la grabación, dijo. Pastor Loredo falleció en junio de 1976, a los pocos días de la nueva ocupación militar de las minas. Dirigentes sindicales y periodistas de las radios mineras resistíamos desde la clandestinidad. No pudimos acompañarlo en su entierro.

1 comentario en “Instantáneas sobre la Revolución Nacional”

  1. Gonzalo Elias Vega Gonzales

    Estimado Carlitos
    Tu siempre con la misma inquietud de la década de los 70 donde los verdaderos dirigentes( especialmente de nuestro partido) nos entregábamos a la causa por la que peleábamos, y además denunciábamos todas las irregularidades especialmente tú que hasta ahora sigues escribiendo la verdad de muchos seudo dirigentes
    Un abrazo desde la distancia

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